Una melodía que escuché el Viernes Santo se titula: «Vía Dolorosa».
Es la vía que Jesús transitó para dar su vida en rescate por muchos.
Una vía que lo llevó a despojarse a sí mismo de todo lo que tenía, inclusive ser igual a Dios como dice Filipenses 2.
Jesús no escatimó nada para sacrificarse por un mundo que muere en pecado.
No hay mayor sacrificio.
¡Esta noticia no ha cambiado!
Debe estar conectado para enviar un comentario.