Hace dos semanas empecé a contarte de un viaje que hice cuando era muy joven. Un viaje que me llevó hasta Argentina.
Para ser sincera, me fui huyendo del dolor, mi corazón estaba roto. Puedes leer más sobre esto aquí: Tengo la respuesta
A temprana edad, cuando nos rompen el corazón por primera vez, esto puede cambiar la manera en cómo nos vemos. Lo que pensamos sobre nosotras mismas y cómo miramos la vida.
Creo que no sólo un corazón roto nos puede producir el deseo de huir. También la culpa, el remordimiento y la ausencia de algo importante para nosotras. Todos estas reacciones pueden ser fuertes motivos para huir de la realidad.
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