Hay una melodía que aprendí hace algunos años cuando viajé a las Filipinas en un viaje misionero. Mi iglesia estaba enviando a un grupo de personas a ministrar en las diferentes iglesias de Manila y formé parte de ese equipo.
Esa experiencia marcó mi vida en algunas áreas. Allí conocí a mi esposo. Él estaba en el mismo grupo de mi iglesia que viajó. Él es americano y aunque no tuvimos contacto diario durante el tiempo que estuvimos allí, porque fuimos asignados a diferentes iglesias, Dios ya tenía planes con nosotros. Seguir leyendo «Bajo la sombra de sus alas…»
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