Me encantan las fechas navideñas, el mes de Diciembre en general es uno de mis favoritos. Será porque tengo mucho que celebrar este mes. Entre las celebraciones está mi aniversario de bodas.
Pero hay una celebración que tú y yo compartimos y es la Navidad. El nacimiento de nuestro Señor Jesús. Esta es una fecha que nos une a todos sus seguidores.
Esta celebración llena nuestros corazones de alegría y nos invita a compartir en maneras distintas unos con otros.
Otra de mis celebraciones favoritas en este mes, es el dar la bienvenida al nuevo año, despidiendo al otro con las lecciones aprendidas y con nuevas expectativas para lo que está por delante por alcanzar y conseguir en el nuevo año.
En medio de todas estas celebraciones hay cosas que pensamos son nuestra responsabilidad. Con todo lo que hemos vivido este año, las emociones de todo índole se hacen presentes en estos días.
Hoy quiero darte tres cosas que te ayudarán a recordar el verdadero significado de esta celebración de Navidad para que puedas disfrutarla. También quiero que consideres cómo tú puedes ser usada por Dios durante esta época, de muchos desafíos para ti, tu familia y otros a tu alrededor.
Recuerda las siguientes TRES COSAS:
1. No trates de solucionar los problemas de tu familia
Cuando era pequeña y mi papá regresaba de algún viaje, él tenía la costumbre de traer su maleta con muchas monedas. Las ponía al fondo de la maleta. Yo era la encargada de abrir la maleta y recoger el dinero para luego repartirlo en partes iguales a mis demás hermanas. Creo que me tocaba un poquito más (guiño).
Lo que sí te puedo decir es que muchas veces he sentido como si Dios me ha dado monedas para repartir a mi familia. Sin embargo, la vida me ha enseñado que no siempre esas monedas han sido recibidas o quieren ser recibidas por los demás. Podemos ofrecerlas con todo el amor que tenemos, pero también podemos ser mal entendidas cuando lo hacemos. Por esta razón, estoy aprendiendo a hacer lo que dice Proverbios 21:23:
«Cuida tu lengua y mantén la boca cerrada,
y no te meterás en problemas»
Te confieso que he fallado muchas veces en practicar esto. Pero en esta época, sería importante mantener esto presente. No podemos arreglar los problemas de todo el mundo, aun si queremos ser de ayuda, esta no es la época para hacerlo.
2. Enfócate en Jesús
Creo que no hay mejor consejo que el de Hebreos 12:2 que dice:
«Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios».
Hace unos años estaba en un almacén cuando un niño le dijo a su mamá: ¿Qué me vas a comprar para Navidad? Enseguida pensé, esa es la mentalidad de muchos hoy. Para unos es recibir regalos, pero para otros es dar. Si piensas en el amor de Dios hacia el mundo, Él dio:
«Porque tanto amó Dios al mundo
que dio a su Hijo unigénito, para que todo
el que cree en él no se pierda,
sino que tenga vida eterna».
Te pregunto: ¿Tienes una lista de lo que quieres recibir? o ¿Tienes una lista de a quienes quieres dar? Jesús nos enseñó a amar sin esperar nada a cambio. Él dijo:
«Dale a todo el que te pida y,
si alguien se lleva lo que es tuyo,
no se lo reclames»
Lucas 6:30
Que esta Navidad, fijemos nuestra mirada en el ejemplo que tenemos en Jesús para amar y dar sin esperar nada a cambio. Pablo lo dijo aquí:
«Recordando las palabras del Señor Jesús:
«Hay más dicha en dar que en recibir”
Hechos 20:35
Así que esta Navidad, fija tus ojos en Jesús, recuerda su ejemplo y empieza a imitarlo. Esto traerá felicidad a tu vida.
«Hay quienes se la pasan codiciando
todo el tiempo, ¡pero a los justos
les encanta dar!»
Proverbios 21:26
3. Busca a alguien para bendecir
Somos agentes de bendición a un mundo que vive en dolor. En estos tiempos, todos estamos sintiendo el peso que trae la pérdida de toda índole. Tú y yo no podemos cerrar nuestros ojos y pensar en nosotras mismas solamente. La Navidad es época para pensar en otros y ser bendición.
«Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa»
1 Pedro 2:9, (NTV)
En una escena de una película que ví, el hijo del actor principal le hizo una pregunta a su padre: ¿Crees en Dios? Su padre le contestó: «Depende la clase de mes que esté teniendo».
¡A veces, somos así! No sólo nosostras, sino también el mundo que nos rodea tiene un barómetro en cuanto a Dios. Nos enfrentamos con esta encrucijada: Si las cosas están saliendo bien, entonces Dios es real. Si no salen bien, pues tengo que volver a pensarlo.
La vida no es color de rosas, te lo he dicho repetidas veces. No lo es para mí, ni para ti, ni para tu vecino. Aunque en Facebook, en Instagram o en Twitter se te esté pintando otra figura, ten por seguro que todos estamos luchando con algo que nos identifica como humanos. Lo que tenemos que saber es que Dios es el mismo. El mismo Dios que te ayudó ayer te va a ayudar hoy. Este es el mensaje que hemos sido confiados.
Tú y yo somos testimonios vivientes de las maravillas a las que nos ha llamado. No estamos diciendo que todo es alegría y que no tenemos momentos duros y difíciles. Pero, lo que sí puedo decirte es que cuentas con el apoyo del Dios Fiel y Verdadero que no se detiene cuando lo necesitas. Esta es la esperanza que debemos proclamar a un mundo que vive sin esperanza.
Dios quiere que tú y yo tengamos un corazón sencible al dolor y a la necesidad de otros y que extendamos la mano como sacerdotes de bendición. Dios quiere tocar a otros por medio de ti esta Navidad. ¿Lo harás?
¡Sé tú el agente del favor de Dios para alguien
en esta Navidad!
Una manera que puedes bendecir a otros es dándoles el regalo de la Palabra de Dios que da esperanza, sana, restaura, llena de alegría y alumbra el camino para vivir sabiamente y con éxito en lo que emprendes. Piensa en ti y en esa persona que amas y escoge los regalos aquí, presiona: Recursos del Proyecto LEMA.
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